Cuando marzo mayea, mayo marcea. Y cuando Marcial Maciela, Maciel Marcela.
Con este sabio refrán
celebramos el fin de un mes de chaparrones, tanto en lo meteorológico como en lo católico. Pero si nos dejamos guiar por el proverbio, podemos augurar que mayo será un mes caliente, esperemos que sólo en lo meteorológico, por el bien de los
monaguillos.
Pero en fin, es abril el mes que acabamos de abril, y quisiera
cerral así este paréntesis inicial, para hablaros de una tesis baladí de vigencia muy actual: los Traficantes de Armas.
O en otras palabras, la
FAMILIA BARDEM, que no rima con nada porque entonces sería estética.
Eso sí, si le quitamos la B de Basura al apellido, con las letras que nos quedan podemos formar la palabra "MERDA", que para los que no hayáis estudiado diez años de catalán, significa HEZ.
Después de jugar un poquejo con las palabras, hablemos de cómo ha jugado Carlos Bardem, el hermanito pequeño de este clan de HORTERAS MEGALÓMANOS, con un tema tan serio como
el tráfico de armas,
con el que ha comparado el trabajo de los periodistas de la prensa rosa.
Este personaje, de sospechosas facciones orientales (consecuencia quizás de que Pilar Bardem copulase en garitos como el 'Todo a 100' de su barrio) y pavoroso aspecto de sicario de la yakuza, le espetó a una reportera "
que se buscase un trabajo más digno, como traficante de armas o algo así". Ocurrió hace dos días, cuando el citado sujeto recogía un premio de la Unión de Actores, en el Teatro
Circo Price, escenario perfecto para un acto como ese.
Ahora bien, Carlitos Bardem
utilizó a esa misma prensa del corazón para darse a conocer cuando nadie tenía ni puta idea de quién era, (o sea, igual que ahora); supongo que entonces guardaría esa dignidad de la que habla en la recámara, junto a otros cartuchos como la doble moral, la hipocresía o la soberbia del calibre 183.

Dejemos de nuevo en las sombras a este tío y hablemos de otro:
Pilar Bardem, la madre que los parió a todos, y que no tardó en decir que la grave acusación de su hijito había sido “malinterpretada”. A ver si va a resultar que los malos intérpretes son ellos…
¿
Alguien sería capaz de citar una sola película de esta repugnante vieja con voz de Caballero del Zodiaco, sin recurrir a la wikipedia ni, en su defecto, bailar el wiki wiki para confirmar que está borracho? Pues yo sí he buscado, y he encontrado una titulada 'El Regreso de la Momia', que hizo en 1975, aunque en realidad vale por 35 películas, una por cada año de vida posterior.
Sin embargo, lo que mejor retrata a esta progre de Izquierda Unida, activista del Sindicato de la "Ceja de Zapatero" y abanderada del “No a la Guerra”, no es
su nula condena al terrorismo de HAMAS,
ni al que ETA lleva ejerciendo 50 años en España, ni siquiera el haber pronunciado en un discurso que “mataría” a todo aquel que la vinculase con “los de la Ceja”.
Lo que define a este engendro con pinta de
madame de un prostíbulo de El Raval es su honrada intención de
exigir un cánon a los hospitales por poner la televisión a los enfermos, pues la mafia de falsos artistas que preside (AISGE), considera que "los derechos audiovisuales de artistas, dobladores y bailarines" están por encima del derecho de un enfermo de cáncer a hacer su estancia en el hospital más llevadera. ABOMINABLE.
En consecuencia,
esta hija de la gran puta sin escrúpulos demandó a la Clínica Santa Isabel de Sevilla, reclamando el pago de su parte del dinero. Pues fijaos, a mí esto se me parece bastante más al tráfico de armas, concretamente, a
un ROBO a mano armada de una naturaleza tan rastrera, miserable y repugnante como el que practican las mafias en las series, los terroristas en las películas o la SGAE en la vida real.
Por suerte y por justicia, un juez acaba de rechazar la demanda, argumentando que la sala de un paciente equivale a su domicilio particular, donde no se concibe pagarle un puto duro a esta escoria humana a cambio de poder ver Pasapalabra desde la cama. Pero que no se preocupe, aún le quedan
las subvenciones del Gobierno para poder seguir robando en nombre de la “
Cultura” española.
He querido dejar para el final al tercer miembro de los traficantes del cine español,
Javier Bardem, ese monstruoso chimpancé inflado de arrogancia con ínfulas de superestrella, que se tomó la licencia de insultar a los españoles que le han aupado a dondequiera que crea estar, llamándoles “
panda de estúpidos” en una entrevista para un suplemento del New York Times, pensando que no trascendería a los medios españoles.
Días después, ante el revuelo que se montó en su país natal, se excusó alegando “
dificultades idiomáticas”, por lo que quizás deberían replantearse en Estados Unidos si es conveniente conceder espacio en sus periódicos a
un ignorante que no sabe ni expresarse en inglés, y mucho menos regalarle un Oscar por hacer de psicópata criminal, para lo cual sólo fue necesario enseñar su cara.
Y encima, tuvo la ídem de decir que se sentía “dolido por que alguien pudiese haber malinterpretado sus palabras" (ya se ve de quién ha mamado la táctica de turno). Es sólo un ejemplo de
la altanería con la que este gorila de discoteca trata a la prensa de su país; paradójicamente, la misma que le ha encumbrado a ese estado de quimérico endiosamiento en el que vive. Si es que... ¡de esos barros vienen estos lodos...!
Lo peor es que aún habrá gente que siga defendiendo a esta “familia de artistas”, y que siga contribuyendo a incrementar su fortuna de presuntos progres solidarios con el Sahara.
Esos mismos que acusan de asesinos a los medios que les han servido cuando les convenía, esos que roban el dinero a los enfermos por ver la tele, esos que escupen en la mano que les dio de comer cuando no les entrevistaba ni el funcionario del INEM. Esta mafia se ha forjado a costa de todos los que algún día los defendieron, y que ahora se han visto insultados, escupidos y robados por sus ídolos intocables.
Personalmente, me siento orgulloso de poder decir que jamás he visto ni veré una sola película de esta chusma que ha hecho de su prepotencia un negocio multimillonario; esta
pandilla de bordes impresentables que se atreve a dar lecciones a gente infinitamente más honrada, íntegra, coherente y HUMILDE de lo que ellos han sido nunca.
Una cuadrilla de desagradecidos que van de dioses, y que se han creído lo que la prensa y el público de su país han vendido al mundo. Y cuando han conseguido alimentar su insaciable codicia personal, ¿cómo han respondido?
Cagándose en todos ellos, demostrando la pasta mierdera de la que están hechos los chuloputas y las malas personas.
Esa es la Familia Bardem. La representación cultural en el extranjero que sólo un país como el nuestro merece; los “artistas” que sólo una sociedad tan cegada por la vulgaridad como la americana es capaz de acoger, premiar y aplaudir, sin entender siquiera por qué lo hacen. Y he preferido dejar a Penélope Cruz para otro artículo, porque estamos en Semana Santa...
Recuperando la analogía de mal gusto que da título a este artículo,
ahora entiendo el porqué del éxito del apellido Bardem en esas tierras: allí cualquiera puede comprar armas. Pero sólo algunos vivís de traficar con ellas, Carlitos. En cualquier caso, no olvidemos que los que juegan con fuego suelen quemarse, y cada vez somos más los que albergamos la esperanza de que algún día
les acabe saliendo el tiro por la culata a estos reyes del falso arte.Será el día en el que ese desagradable olor a pólvora cutre que siempre les ha envuelto, les lleve a la
tumba del más merecido olvido. Un digno final para una película sobre traficantes de armas que jamás debió estrenarse.