Los Descuidos de Lord Pezón

Ante todo, hola. Es la primera vez que escribo algo para internet y estoy un poco nervioso, pero espero ir cogiendo soltura con el teclado poco a poco. ¿Para qué sirve la tecla F12? Bueno, mejor luego.

Mi sección es muy sencilla. Me han pedido que busque fotos de tocayos míos pillados in fraganti en los momentos más delicados. Fracciones de segundo que mueven el mundo, captadas por la oportuna lente de una cámara. Si os parece, pasamos a ver los tres documentos de hoy y los vamos analizando brevemente. Preparados, listos... ¡al agua guarros!


Descuido número 1.

Esta guapa chica fue pillada con la boca llena, pero más lleno iba su vestido. Sin duda, una nota de color a tan sobrio escotazo negro, que a juzgar por su rubio capilar de los de verdad, debía de ser lo único oscuro que llevase la doncella. Puntuación de teta: 8,5 Pezón: 7,5



Descuido número 2.



Otra rubia de tintes nórdicos (o sea, sin tinte), que se puso a hacer pompas a la luz del sol, olvidándose de las suyas. Llevar un escote tan generoso sólo podía abrirnos las puertas a una bienvenida así de calurosa. Y la amiga ni se inmuta, menos mal que es la fea y no al revés. Teta: 6,5 Pezón: 8,5



Descuido número 3.




Por último, una morena contratada por Carlsberg para un evento deportivo de verano. Recogepelotas, ¿quizás? Quién sabe, en cualquier caso, aquí tiene un puesto vacante por si algún día lo necesita. Teta: 8 Pezón: 8
Y atención, porque esta foto esconde algo más: ¿A quién pertenece esa misteriosa silueta que otea tan sugerente escena desde la distancia?


SOLUCIÓN: ¡PERRO MUCHACHO! Nadie ha acertado, así que el premio queda guardado para un próximo concurso (menos mal, porque no había premio alguno).

Descuido ganador: "número 1" Por su perfecta curvatura, su tersura natural y firmeza anti-gravedad, que sugieren lo justo y no atiborran. Eso sí, la chiquilla se puso las botas en aquella merendola al aire libre. Esperamos que le aprovechase tanto como a nosotros :-)

Os veo en la próxima edición de Los Descuidos, grumetes. Y ya sabéis, si os cruzáis con pezqueñines... ¡no seáis Roman Polanskis y dejadlos crecer!