Quizá por esto, la tensión social ha ido en aumento últimamente, y se ha extendido a los sitios más insospechados, como nuestras propias neveras. Imagináos mi sorpresa cuando volví a casa la otra noche y me encontré este percal montado en mi refrigerador.

¡Esto me pasa por no comprar cava catalán! Suerte que por lo menos no había metido el plato de judías en la nevera, a saber lo que podría haber ocurrido.
jaajajajajajaa!! Mis felicitaciones; un post tan impecable como la blancura que consigue Ariel.
ResponderEliminarNo he querido preguntar... pero tengo la sospecha de que esa es tu nevera realmente.
Si es así, guárdame un cucurucho de cerveza de esos, que tienen pinta de estar más ricos que los deliciosos helados clásicos de limón, que servían en la lonja del Monasterio de San Lorenzo. Te acuerdas??! Ñam!!
Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!!!!!!! Buenísimo!!!!
ResponderEliminarJoder la verdad es que me ha quedado la curiosidad de que habría pasado si hubiera habido un plato de judías... a ver si lo desveláis!!
ResponderEliminarNo se yo si nos dará pa tanto el photoshop... pero a ver qué sale. jejejeje
ResponderEliminary con un plato de arroz negro en tinta de calamar¿?
ResponderEliminary con unos huevos kinder?
ResponderEliminarPara la tranquilidad de todos, el arroz negro ha sido confinado a un gueto en forma de olla, y los huevos kinder han obtenido refugio político en el congelador.
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