Marruecos, Perdón por Provocar

La reciente visita de Mariano Rajoy a la Ciudad Autónoma de Melilla ha herido la sensibilidad de nuestros cándidos vecinos marroquíes, quienes consideran 'provocador' que un ciudadano español circule libremente por su propio país sin la aquiescencia del todopoderoso y magnánimo monarca marroquí, Mohammed VI. Quizá a partir de ahora debamos pedirle permiso a su tiránico líder cada vez que queramos coger un autobús a Jarandilla de la Vega o hacer una escapadita estival a Benidorm, ¡Dios nos salve de ofender los sentimientos de nuestros amados vecinos y enturbiar nuestras excelentes relaciones bilaterales!

Si alguien tiene mérito en toda esta historia, esa no es otra que la ciudad de Melilla, que por si no tuviera bastante ya con verse cercada por un estado islamista y totalitario que no deja de reclamarla como suya, encima tiene que soportar continuas vejaciones a sus agentes de policía y patéticos bloqueos por parte de los siempre hostigadores transportistas marroquíes. Sin ser ningún experto en la política local de la ciudad, creo que casi todos sus problemas se pueden resumir perfectamente en la siguiente imagen.




Pues este, al igual que todos los problemas, tiene una solución. Y bastante más secilla de lo que pueda parecer. ¿Recortar las inversiones millonarias en infraestructuas en Marruecos? ¿Movilizar a nuestros aliados europeos para que le den un toquecito a los moros? Pues no, señores, para qué nos vamos a complicar tanto la vida cuando podemos arreglar este problemilla al viejo estilo colonial. Y quién mejor que los casacas rojas ingleses para demostrarnos cómo se arreglan las pequeñas diferencias interculturales. Al loro, muchachos:





El vídeo nos ofrece una salida viable al conflicto, salvando pequeñas diferencias, claro está; los españoles no cantamos tan bien en inglés.