
Hasta hoy, habíamos destacado los temazos de Metal Gear Solid, de Harry Gregson-Williams y Super Smash Bros. Brawl, de Nobuo Uematsu (pincha en los links). Pero es hora de dejarnos guiar por Frodo, Sam y compañía en un relajante paseo por la Tierra Media.
A mi modo de oír, Howard Shore (El Silencio de los Corderos, Seven) firmó la partitura de su vida cuando compuso Concerning Hobbits, una de las piezas más maravillosas de la década, junto con otros temas de la trilogía, como las míticas The Bridge of Khazad Dûm o The Riders of Rohan. Y no se me caen los anillos por afirmar tal cosa. ¿Lo habéis pillado? ¡Anillos! Bah.
Quizá sea la flauta irlandesa, o bien el violín, el arpa o la percusión del bodhrán, o quizá sea la combinación perfecta de todos esos sonidos que tan bien evocaron el espíritu nórdico de la mitología creada por Tolkien; sea como fuere, Shore dibujó un precioso paisaje musical capaz de transmitir toda esa magia, fantasía y nobleza que impregnan la bucólica atmósfera de La Comarca.
Un privilegio para los sentidos que vale la pena recordar, más aún si quien lo reproduce es el mismísimo Howard Shore al frente de su orquesta sinfónica. A disfrutar:
De punta, se ponen los peletes. Desde luego, esta canción alegra el día a cualquiera, por muy triste que uno amanezca. Estoy seguro de que si J. R. R. Tolkien pudiese escuchar esta interpretación de su obra, derramaría alguna lágrima de emoción, como lo hicimos tantos de nosotros cuando Frodo pronunció su discurso de despedida y marchó para siempre.
En definitiva, pocas cosas hay en el mundo que transmitan esa sensación de paz, grandeza y ganas de vivir que emanan de la propia naturaleza... y de bandas sonoras como esta.
Ahora ya sólo me falta ver alguna de las tres películas.
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