Expediente X en la Rúa do Franco

Nunca fui uno de esos críos que se pasaba el día pegado a una pantalla de televisión, quizá porque vengo de una época en la que todavía se podía salir a la calle sin que te secuestrara un pederasta convicto pendiente de ejecución o unos gitanillos motorizados con ganas de juerga, violación y asesinato.

De cualquier modo, recuerdo que sí había un puñado de series que me llegaron a enganchar hasta el extremo. Si en posts anteriores hemos recordado con nostalgia a Doraemon o al Príncipe de Bel-Air, hoy le ha llegado el turno a la que, en mi opinión, ha sido la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos.


La verdad está ahí fuera, y ninguna serie ha tenido el acierto de mostrárnoslo con tanta claridad. Nada como un capítulo inédito para rememorar las horas de fascinación y asombro que nos brindó Expediente X. Aún no se ha rodado, pero continúan las negociaciones con David Duchovny para que rebaje sus elevadas pretensiones y la serie vuelva a rodar como antes.

WASHINGTON D.C, Sábado 26 de Junio 2010, 18:10.

F.M. - Échale un vistazo a esto, Scully.
D.S. - Mulder, creo que esta es otra de tus absurdas teorías paranoicas.
F.M. - ¿Ah sí? ¿Tres avistamientos a la misma hora, testigos oculares, sondas anales y chupitos de hierba? No sé, Scully, aquí hay algo que no encaja.
D.S. - ¿Estás de broma? Podría haber sido un globo meteorológico, la aurora boreal o un nanocóptero. No tiene sentido investigarlo, ya sabes que la agencia está deseando que fracasemos para cerrar este departamento.
F.M. - Lo sé, Scully, pero no puedo dejar de darle vueltas. ¿Crees que una televisión local daría crédito a una noticia como esta si no tuvieran pruebas de que realmente ocurrió?
D.S. - De modo que sugieres que deberíamos ir allí a investigarlo.
F.M. - Siempre tan aguda Scully. He reservado 2 vuelos a Santiago de Compostela, te ha tocado pasillo.