
Lo mejor será que comencemos desde el principio, pues los actos procesales deben seguir un orden cronológico, a fin de no incurrir en conductas antijurídicas como las que han hecho famoso a nuestro entrañable amigo con peinado de Gremlin malo.
¿Quién es Baltasar Garzón? ¿Es acaso un ángel, es un dios, es un avión? La segunda pregunta no puedo responderla aún, ya que habrá que esperar a conocer la doctrina del Tribunal Constitucional, pero sí puedo relataros la apasionante historia del Juez que salió de Jaén, se paseó por el Universo y acabó sentado en el banquillo de los acusados, recibiendo una buena dosis de esa Justicia que tan arbitrariamente gustaba de impartir.
Baltasar Garzón Real, a fecha de hoy, es Magistrado-Juez del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, está imputado por un delito de prevaricación ante el Tribunal Supremo, y por si esto fuera poco, se enfrenta a dos procesos penales más que han sido admitidos a trámite ante el mismo tribunal, por diversos delitos de cohecho y vulneración de la intimidad.
Los acontecimientos que se vayan sucediendo en los siguientes días determinarán su grado de culpabilidad, pero a falta de sentencia firme, me atrevería a vaticinar que este caballero deberá resignarse a colgar las puñetas y empezar a buscarse un oficio bien distinto con el que satisfacer su insaciable voracidad mediática.
Si tuviéramos que situar el inicio de esta historia, habría que remontarse a la campaña electoral del 93, cuando un desgastado PSOE se batía en las urnas con un recién llegado opositor, un tal José Mª Ansar, derrotado por un estrecho margen. En las listas electorales del PSOE también había caras nuevas, pues figuraba como número 2 otro recién llegado a la política: Baltasar Garzón, que por aquel entonces ya era Magistrado de la Audiencia Nacional.
Garzón tomó parte muy activa en la campaña electoral del PSOE, dando mítines aquí y allá y soltando perlas como "Les vamos a dar un meneo que se van a enterar" -refiriéndose al PP-, "Los pases más hondos se dan con la izquierda y en el centro del anillo" -definiendo su posicionamiento ideológico por medio de una metáfora taurina- o "No quiero alarmar gritando que viene la derecha, pero no sé si bajo la piel de oveja hay lobos...". Vamos, lo típico que se dice en un mitin populista en el que lo menos que te esperas es que vayan a rescatar tus palabras 17 años después.
De esta forma, y renunciando a la neutralidad y la independencia que deberían caracterizar a todo juez -incluidos también los que hayan solicitado la excedencia-, Baltasar Garzón irrumpió en el circo mediático español. Pero resulta que eso de ser un político común atado a la disciplina de partido no colmaba las aspiraciones profesionales de don Baltasar, y en vista de que González no terminaba de entregarle la cartera de Ministro del Interior que tanto ansiaba, no tardó en presentar su dimisión y regresar a la Audiencia Nacional como si nada hubiera ocurrido.
Ya en la Audiencia, disfrutó de unas vacaciones en el Caribe con su mujer y una cuñada pagadas con cargo a los fondos reservados del Ministerio del Interior, tras lo cual no tuvo reparos en instruir procesos de los que había tenido conocimiento directo como miembro del Gobierno -Caso GAL-, que sería determinante en la historia de la mal llamada democracia española -¿una democracia que ejerce terrorismo de Estado?-.
La victoria del PP en el año 96 no cambiaría sustancialmente su modus operandi, pues supo adaptarse tan bien al nuevo escenario político que muchos miembros del PSOE llegaron a considerarle poco menos que un desertor.
A ver que me aclare. ¿Entonces, Garzón es de derechas? No, querido chocero, ahí está la trampa. Garzón siempre se ha caracterizado por rendir fidelidad a las siglas del partido que gobierna en cada momento. Por ponerlo de alguna manera, es uno de esos señoritos de cortijo que salen de su pueblo perdido entre olivos con el firme propósito de prosperar agasajando a quien sea necesario. Y tan cómodo se sentía en su papel de socio colaborador de los poderosos, que pronto empezó a cometer abiertas irregularidades, convencido de que nadie osaría discutir su impunidad.
En los últimos años, Garzón ha pasado a protagonizar una interminable lista de escándalos y casos de enorme repercusión mediática, y el inconfundible estilo con el que los instruye a menudo no persigue más que su propia promoción frente a la opinión pública española e internacional.
Admito que no guardo especial simpatía por un juez que excarcela a terroristas sanguinarios para que cuiden a sus mamás, o que negligentemente olvida ampliar el plazo de prisión preventiva a peligrosos narcotraficantes, provocando su puesta en libertad. Tampoco me agrada que un Juez español acuda a foros exhorbitantes de derecho común para enjuiciar a ex mandatarios extranjeros de Estados amigos, por mucho que nuestras deficientes leyes le amparen, pues la estabilidad diplomática de nuestro país, que debería prevalecer sobre intereses particulares, se ve seriamente dañada.
Si no profundizo en éstos o en los otros muchos escándalos que han salpicado su carrera es por ahorrar a los lectores la pesada labor de repasar la infinidad de desvaríos jurídicos que ha protagonizado Garzón en estos últimos tiempos.
Lo que sí voy a hacer es precisar una serie de puntos sobre el caso más polémico de todos y quizá, el que acabe costándole el puesto al magistrado jienense: Los Crímenes del Franquismo.
Pero me temo que para eso tendréis que esperar a la segunda parte del artículo, que verá la luz en breve... al contrario que el sonriente juez juzgado.
Te lo has currado, sí señor, pero... ¡¡estoy ansioso por leer la segunda parte!!
ResponderEliminarNi el juez Luciano Varela habría escrito un artículo mejor argumentado!!!!!!
eso si, hace años tuve el placer de conocer a las hijas de garzon (si tiene una pero con dos grandes tetas) y te digo que ojala este machacamazos aumentase su prole!
ResponderEliminarjajajajajja me ha encantao lo de franco en google. Y lo de que Gil estuviese viviendo en Venezuela no me extrañaría nada. Ahí están Elvis, Antonio Anglés, Michael Jackson, Ylenia y Hugo Chávez. Y es algo que sabe todo el mundo.
ResponderEliminarAsí que como el Garzón este desaparezca un día por arte de birlibirloque... ya sabemos dónde buscar.
Vaya! según tengo entendido la muchacha ha terminado por estudiar psicología, y por lo que cuentas me están entrando ganas de poner mi trastorno obsesivo-compulsivo en sus manos. Seguro que es toda una prevaricadora.
ResponderEliminarVaya! según tengo entendido la muchacha ha terminado por estudiar psicología, y por lo que cuentas me están entrando ganas de poner mi trastorno obsesivo-compulsivo en sus manos. Seguro que es toda una prevaricadora.
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