Y no lo decimos nosotros, si no la justicia californiana, que CONSIDERÓ PROBADO que Roman Polanski ofreció un peligroso cocktail de champán y drogas sedantes a la joven Samantha Gayler, de 13 años, a la que luego obligó a practicarle sexo oral, penetrándola y sodomizándola sin hacer caso a sus desesperadas súplicas. Con el proceso penal todavía en marcha, y poco antes de ser dictada la sentencia, Polanski, que se encontraba en libertad bajo fianza y se temía una prolongada condena a prisión, tomó un vuelo sin retorno hacia Europa, uniendo así los apelativos de cobarde y prófugo al de pederasta, que ya nadie podrá borrar de su curriculum.

Se da la circunstancia de que Roman Polanski, además de un repugnante pederasta y un prófugo de la justicia americana, es también un célebre director de cine, que ha cosechado un gran éxito en las taquillas y en la crítica con películas como La Semilla del Mal o El Pianista, hasta el punto de haber sido premiado con un Oscar a la mejor dirección.
Es por esto que su caso ha tenido un enorme impacto mediático –del que nos hacemos eco en La Choza- y no han dejado de llover declaraciones del showbiz y de los sectores librepensadores del circo del espectáculo en general, abogando por este efebofílico y vomitivo personaje, argumentando que el tiempo transcurrido desde los hechos (más de 30 años) y los méritos artísticos del director judío son motivos suficientes para dar carpetazo al asunto. Sus defensores también insisten en la importancia de que Polanski obtuviera el perdón público de su víctima en 1994, la cual llegó a pedir que se archivara el caso, pero parecen pasar por alto que estas declaraciones casualmente llegaron después de haber recibido una indemnización compensatoria por valor de medio millón de dólares.

Veamos si lo he entendido… si alguien emborracha, droga y viola a una niña pequeña, nadie discute que deba cumplir su pena en la cárcel, pero si es un director famoso quien emborracha, droga y viola a la misma niña, luego huye de la justicia y consigue reunir el dinero suficiente para pagarle una indemnización millonaria, su responsabilidad penal desaparece por arte de magia. Pues no, mira, a mí hay algo que no me cuadra.
Si ha pasado tanto tiempo desde que este violador pervertido corrompiese a una menor es porque lleva más de 3 décadas huyendo como un conejito asustado por el viejo continente, burlándose de la justicia americana. Si ha obtenido el perdón de su víctima es porque ha comprado sus palabras a golpe de talonario, ¡Cómo si todo el dinero del mundo pudiera cambiar lo que ocurrió! Y si alguien ha llegado a creer que su profunda sensibilidad y sus películas sobre el holocausto (todo un ejercicio de originalidad, siendo él judío) deberían hacerle merecedor de un trato privilegiado, que me diga si les gustaría que Martin Scorsese drogara y emborrachara a su hija para cepillársela de todas las formas posibles con total impunidad.
Por suerte las autoridades suizas han detenido a este peligroso criminal, y todo apunta a que deberá comparecer ante la justicia americana. Roman Polanski, la huida termina aquí. La "semilla de la justicia" ha acabado por germinar, y te sentarás en el banquillo para escuchar la condena que deberías haber cumplido hace ya mucho tiempo.
creo que aqui os habeis pasado, yo fui una victima mas del bueno de roman y he de decir que despues de los años y de recordarlo en profundidad la verdad es que me dio bastante gustito cuando se aprovecho de mi.
ResponderEliminarPues nada, ojo por ojo. Me pido primer para drogar y follarme a sus hijas XD
ResponderEliminarQue conste que este artículo es obra de Robster!! Que a mí Roman Polanski me gusta mucho!
ResponderEliminarjajajaja bueno Eddie, por desgracia Charles Manson ya se te adelantó...!
ResponderEliminarpuestos a elegir, yo polanskizaría a Curri Valenzuela.
La culpa es de los padres que las visten como putas
ResponderEliminarjajajajaja gran verdad
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