
Sin embargo, la pequeña lección de literatura expresionista de Aznar, no ha parecido satisfacer la sed de conocimiento de los filólogos del Insulto, que sólo parecen quedar conformes cuando son ellos (¡los alumnos!) quienes dan lecciones al profesor (el que imparte la conferencia).
En consecuencia, multitud de medios de comunicación han abierto hoy un debate sobre la que ya han convertido en imagen de la semana, que no es la de los jóvenes gritando "asesino" a un ex presidente del Gobierno de forma impune, sino el osado dedo del insultado. Porque la derecha no debe defenderse ante los ataques socialistas. Queda feo. Pero al revés es poético, casi bucólico.
¿Creéis que se habría criticado igual ese mismo gesto si en lugar de Aznar, lo hubiese reproducido Santiago Carrillo o Felipe González, en un evento similar? "Es que esos dos tienen mucha más dignidad y clase que este hijoputa" -dicen algunos estudiantes de Humanidades.
Pues quizás resulte, más bien, que tengan más dignidad y clase los universitarios que llaman asesino al artífice de los fusilamientos de Paracuellos o al del caso GAL, que aquéllos que se lo llaman a un señor que envió tropas a Irak para pelotear a los americanos. ¡Anda, pero si es lo mismo que ha hecho Zapatero en Afganistán! ¿Veremos a algún joven universitario llamándole "asesino" por el soldado muerto en dicho territorio... o incluso "granuja" por no acudir al funeral, evitando así la cancelación de su viaje a EEUU? Una misteriosa 'voz en off' interior me susurra que NI DE COÑA...
Visto el revuelo montado, quizás el "Dedo de Aznar" sea la mejor respuesta que se haya dado últimamente a tanta hipocresía junta, y desde luego, la que mejor evidencia el eterno doble rasero de la izquierda española. Seguro que esa misma seña dactilar le funcionaría a la derecha mucho mejor que cualquier esfuerzo por argumentar una sola idea ante ciertas personas.
Es más, voy a empezar a usarlo en mi vida diaria, cuando un mamón me insulte por no dejar que me avasalle en un túnel con límite de 50.
Al menos, es la primera vez que el ridículo señor del bigote demuestra ser capaz de atinar en la toma de una decisión a dedo.
¡Por qué no utilizarías ése mismo el día que señalaste a Mariano, "criminal de guerra"!
Vaya por delante que no pretendo defender a los jóvenes pseudo-universitarios que se dedican a boicotear actos en vez de asumir su papel de alumnos y asistir a las ponencias, manifestando su opinión, (en caso de tener opinión formada sobre algo, que ya es difícil) con respeto y educación. Tan triste y flagrante demostración de chabacanería y servilismo ideológico es algo a lo que por desgracia nos tienen muy acostumbrados. Y es que los gritos y los insultos son el único vehículo de comunicación que conoce esta ralea, que infesta las universidades de este país en vez de trabajar, defraudando a la sociedad española en su conjunto. ¿Ésta es la élite intelectual que queremos? Si el desdeñado Plan Bolonia contribuye de alguna manera a "cerrar el grifo", de suerte que esta escoria quede excluida de los centros universitarios, habrá merecido la pena sólo por eso.
ResponderEliminar¿Pero acaso sería mucho pedir que un ex-Presidente de Gobierno de un Estado como España, (que, nos guste o no, sigue representando a su país de alguna forma), no se rebaje al nivel de una cuadrilla de andrajosos malcriados? Dudo mucho de que el señor Aznar sea consciente de la improcedencia de su gesto, aunque su recorrido profesional como Inspector de Hacienda puede servir para explicar en gran parte sus reacciones.
Intentemos hacer un ejercicio de sensatez antes de aplaudir tan ocurrente respuesta por parte de d.José María. Si las clases dirigentes, presentes o pretéritas, no demuestran un nivel mínimo de autocontrol y educación, qué cabe esperar del resto de la sociedad. Y es que son precisamente ellos los que deben dar ejemplo. Ya lo decía Cicerón (De Legibus, 3. 13):
¿No ves, Lúculo, nacido de ti aquello mismo, que ellos deseasen? a los cuales no sería lícito aquello, si tú no lo hicieras. Porque (...) ¿quién no reprimiría las liviandades de ellos, a no ser que aquellos mismos que debieran reprimirlas estuviesen poseídos de la misma concupiscencia?