martes, 9 de noviembre de 2010

Mi Gran Boda Soviética

"Jamás iré a una boda, y mucho menos a la mía". Hace unas cuantas semanas acuñé esta frase, y creo que hoy es un buen día para rescatarla. Yo, aquí, lo digo: ODIO las bodas. No existe peor tortura en el mundo que asistir obligado a una fiesta ajena de diez horas (mínimo), cuya entrada cuesta 300€ (mínimo), para que encima sólo follen dos gilipollas (máximo).


Y todo para que se separen a los seis meses. ¿Quién me devuelve entonces mi dinero y mi tiempo? NADIE. Me habrán estafado en mi propia cara, y lo peor de todo es que al menos un miembro de esa puta pareja de ególatras será un familiar mío, o mucho más grave aún, un amigo. Y a un amigo no se le estafa.

Así que no quiero imaginar lo que sería vivir de esto. Me refiero a ser fotógrafo de bodas, o cura, o conductor de limusina... o algo así. Supongo que reaccionaría igual que estos dos camarógrafos de la vieja URSS, cuando se cruzaron súbitamente en el objetivo de su rival, como dos hámsters rusos que coinciden en una misma jaula. Esto es lo que pasa cuando contratas a tu propio cámara, y éste se topa con el siempre colérico fotógrafo de la parroquia.



Supongo que la canción utilizada para el montaje final del enlace fue "Video Killed de Photo Star" (clic en el link). En resumen, si alguien quiere que Wakanover vaya a su boda, que lleve a estos dos cámaras, y a lo mejor en ese caso -y sólo en ese caso-, me paso un rato. Vivan los novios.

1 comentario:

  1. JAJAJAJAJAJA
    BUENISIMO!!!!!
    Quien dijo que las bodas eran aburridas?

    ResponderEliminar