sábado, 22 de marzo de 2008

Vueltas sobre el mismo eje

Una profesora que tuve dijo un día que existen dos tipos de mentira. El paralogismo es un error de razonamiento, y el más frecuente en este mundo es la falacia: un argumento falso utilizado para inducir a error; vamos, una mentira con mala leche.

Pues bien, tanto la dirección del programa La Noria, de Tele 5, como su presentador, Jordi González, junto con toda su caterva de colaboradores de extrema izquierda, como el delincuente Enric Sopena (condenado por intromisión ilegítima en el derecho al honor de las víctimas del terrorismo), sólo conocen el segundo tipo de mentira del que hablaba mi profesora, como bien demuestran cada sábado en esa plataforma ponzoñosa cargada de odio y resentimiento hacia toda forma de oposición al socialismo, disfrazada de atracción lúdica de feria.

Sin embargo, de atracción, más bien poquita (no hay más que ver sus datos semanales de audiencia), y de feria, más bien toda. Pero una feria montada por cínicos de primera mano, para cínicos de segunda: el público de Tele 5, manoseado y manipulado hasta la saciedad como unas bragas de mercadillo playero, lanzado de un programa a otro de la parrilla como una morcilla de chiringuito electoral en una fiesta patronal de pueblo. Público usado. Como el que aplaude desde las gradas cada vez que alguien del PSOE dice algo, o simplemente no se lo deja decir al contrario.
Y para morcilla, la "narragorda" del programa, Gloria Serra, una especie de María Teresa Campos con el triple de grasa y acento catalán, cuya función consiste en manipular verbalmente los videos, que ya vienen manipulados de serie.
Y no lo digo yo, lo dice la sentencia de un juez, que ha condenado a este imparcial y democrático programa por "alterar" y "manipular" una entrevista, para equivocar intencionadamente a la audiencia.
De nuevo, vuelve la falacia a este impecable programa, que ya quedó bien retratado con el escándalo lamentable que montó con la muerte del futbolista José Antonio Puerta, o el reciente intento de hundir la carrera del doctor Chams, acusado de estafar a sus clientes, sin ningún tipo de prueba.

Y anoche, el programa dedicó su debate a... ¡La Guerra de Irak! Sí señor. Y el Prestige para otro programa, ya veréis. Curiosamente, no estaba Enric Somierda. Estaría en la cárcel, o en casa de Zapatero recaudando su parte por los servicios prestados durante estos 4 años, con la que pagar los 40,000 euritos que le debe a la AVT. Más tarde, dedicaron una hora a hablar de... ¡los derechos de los transexuales! Tema inédito. Fue un despliegue más de falacias, topicazos de segunda, tercera y enésima mano como "hay padres que trabajan todo el día y no ven a sus hijos; ¿es eso mejor que estar adoptados por una pareja homosexual que les quiere?".

Y yo me pregunto, como humilde heterosexual que soy (y por tanto franquista, facha, pepero, carca, ultraconservador, fascista, nazi, intolerante y retrógrado): ¿Quieren decir que los homosexuales no trabajan? ¿Entonces por qué utilizan ese argumento? ¿Un matrimonio gay tiene más tiempo para los niños y menos para trabajar que uno hetero? ¿No será mejor que dos padres trabajen y se encarguen de garantizar a sus hijos los mejores medios posibles para su desarrollo personal y académico, en vez de estar las 24 horas del día con ellos en el columpio de un parque?

Es sólo uno de los ejemplos falaces que se dan en programas como La Noria, esa atracción de la mentira y la manipulación para público barato, que tan pronto aplaude a un presentador por negarse a aceptar públicamente la sentencia de un juez, como a un individuo que le promete 400 euros a cambio de su voto.

Y gira la noria... Ya me lo advirtió mi profesora.

miércoles, 5 de marzo de 2008